El Cicus acoge el Festival Gong, un estallido de creatividad. Diario de Sevilla.
Cuando uno tiene que resumir la biografía aventurada, indomable, de Gonzalo García Pelayo (Madrid, 1947), aquel hombre que entre sus muchas vidas fue un astuto productor musical o el tipo más temido por los casinos, la etiqueta de director de cine, la faceta en la que más se ha volcado últimamente, no hace justicia a una mente incansable como la suya. Pero puede que él se sienta cómodo al ser vinculado con un arte que, sostiene, “es un resumen de las demás artes, una amalgama de todas: la música, la pintura, la interpretación…”. García Pelayo se opone a ese estereotipo por el que las películas nunca están a la altura de las novelas en las que se basan. “Ahí está Belle de Jour, el libro de Joseph Kessel, frente a la obra maestra de Buñuel. Y tantas novelitas de serie B que se convirtieron en clásicos del cine negro, por ejemplo”, rebate el creador.